Somos una comuna a escala humana, que promueve la vida en comunidad, la profundización de su cultura participativa y el fortalecimiento de su tejido comunitario.
Se espera producir alrededor de media tonelada de alimentos.
Comenzando en noviembre del 2020 en el marco del despliegue del Modelo de Confinamiento Comunitario definido por la Alcaldía Ciudadana para enfrentar la pandemia del Covid-19, las huertas comunitarias se han convertido, de hecho, en la iniciativa que permitió poner en marcha la línea de trabajo que se dirige a la soberanía alimentaria en varios sectores de la comuna.
Según el informe elaborado por el área en marzo de 2022, desde enero de 2021 a la fecha se han instalado 17 huertas que consisten en 5 bancales de cultivo cada una. De ese modo, la superficie de plantación total del conjunto de las huertas alcanza los 221 m2, donde se han plantado un total de 2.422 plantas, entre hortalizas, flores y medicinales, que han requerido la utilización de 59 m3 de sustrato. Como resultado de todo ello, se proyecta producir 500 kg de alimento con el sistema de producción intensivo de las huertas.
Por otro lado, el Equipo de Huertas Comunitarias entregó un total de 202 árboles nativos y 28 frutales como parte de esta iniciativa, e instaló en conjunto con la comunidad 27 composteras con una capacidad máxima de 1 m3 cada una, donde se pueden compostar entre 380 a 460 kg de residuos orgánicos.
El trabajo de instalación y cultivo de las huertas, ha sido acompañado por un conjunto de acciones realizadas en sectores altos de la comuna, así como el Plan, donde no resulta fácil encontrar un espacio para la instalación de bancales. Esas acciones han tenido un alcance de 160 familias aproximadamente, gestionando como capacidad máxima un total aproximado de 10 toneladas de residuos orgánicos cada 6 meses.
El trabajo de las huertas que lleva adelante el equipo municipal, forma parte del sentido de desarrollo y fortalecimiento comunitario que es propio de la Alcaldía Ciudadana. De esa suerte, los equipos municipales aseguran la puesta en marcha de cada huerta, a partir del contacto e involucramiento activo de organizaciones comunitarias, como juntas de vecinos u otras.
En la mayor parte de los casos, las huertas son mantenidas por grupos de vecinas y vecinos activos, principalmente engrosados por mujeres, que llegan a obtener de ellas alimentos saludables y cariñosamente producidos. En otros casos, sin embargo, la comunidad no logra dar continuidad al trabajo y las huertas quedan en mal estado. Ese hecho sin embargo no conduce al desánimo de los equipos, que entienden que el desarrollo de las huertas mismas constituye un esfuerzo de organización territorial que debe ser sembrado, cuidado, regado y cultivado en definitiva, como cualquier proceso de producción de la vida.